viernes, junio 24, 2011

15M La historia de la acampada de Sol


La imagen, de Javi, corresponde a la ercera noche de acampada, en el en el boulevard del Gran Capitán, en Córdoba.


Agradecemos este interesantísimo artículo a nuestro amigo Carlos González Martínez. Su anterior post es 15M ¿Cómo funcionan los movimientos sociales del siglo XXI? Como él mismo nos cuenta, en esta ocasión, en lugar de analizar sus formas de actuación, Carlos se ha limitado a contar la historia de las acampadas. Desde ya, le decimos muchas gracias.

Escribir la historia del 15M no es tarea sencilla. Al tratarse de un movimiento vivo, abierto y dinámico -en constante transformación, al fin y al cabo-, los argumentos de un artículo pueden quedar obsoletos apenas unas horas después de haber sido redactado. Sin embargo, tras el martes 7 de junio, fecha en el que la asamblea de Sol decidió levantar el campamento, es posible escribir una historia: la de los veintiocho días que duró esa acampada.

Mi objetivo en este artículo no es, como en otros anteriores que he escrito sobre el 15M, entrar a valorar los motivos, propuestas y actuaciones de los Indignados o de las autoridades públicas. En este caso pretendo, simplemente, cumplir con el más elemental y humano de todos los procesos: contar una historia.

Los orígenes espontáneos de la acampada

El 15 de mayo, al término de una manifestación convocada por la plataforma DRY (Democracia Real Ya), un grupo de jóvenes inició uno de los experimentos más fascinantes de la historia de las protestas cívicas en nuestro país: instalaron un campamento en la Puerta del Sol. Al día siguiente, la policía obliga a ese centenar de personas a abandonar su improvisada aldea.

Sin embargo, la aventura de los Indignados no terminó con este primer desalojo. Apenas unas horas después, el número de tiendas se había duplicado. El efecto llamada, el descontento acumulado, el uso de las redes sociales para difundir las noticias de la acampada, y lo novedoso y atractivo de la protesta fueron algunos de los factores que facilitaron su rápido crecimiento.

En vista del cariz que tomaban los acontecimientos, la plataforma DRY respaldó a los acampados, aunque dejando claro que ellos no estaban detrás de lo que estaba sucediendo en el kilómetro cero. Mientras, los Indignados de la Puerta del Sol no perdían el tiempo. El mismo día 16 solicitaban permiso para permanecer en la plaza hasta el día de las elecciones municipales y autonómicas (22 de mayo). La respuesta llegó dos días después: la Junta Electoral de Madrid, entendiendo que podían influir en los comicios, prohibía cualquier tipo concentración en la jornada de reflexión (21 de mayo).

Es por todos conocido que la prohibición decretada por las autoridades no fue respetada. En los días previos a las elecciones, el número de acampados fue en aumento, llegando a su culmen durante las últimas horas de la tarde, cuando tenía lugar la asamblea general. En sus mejores momentos, los Indignados llegaron a abarrotar la plaza y algunas de las calles adyacentes. A pesar de las reiteradas advertencias de la Junta Provincial, que fueron a su vez ratificadas por la Junta Electoral Central, la acampada de Sol se mantuvo durante la jornada de reflexión e, incluso, el día de las elecciones.

Una semana fue suficiente para que Sol se convirtiera en el centro de todas las miradas y en el ejemplo a seguir para más de cuarenta acampadas surgidas en toda España, a las que hemos de añadir las que han tenido lugar fuera de nuestras fronteras. Estas copiaban, no sólo su sistema de protesta, sino también su organización interna a base de comisiones y grupos de trabajo.

El verdadero kilómetro cero de la opinión pública

Incluso los que en la actualidad criticamos la deriva radical que ha tomado la protesta, hemos de reconocer que en los primeros días de este movimiento nos sentimos atraídos por él con la intensidad propia de un imán. Sol era un reflejo de esperanza, una protesta ciudadana que, sin tintes ideológicos aparentes, reclamaba una serie de reformas en el sistema político.

Las imágenes con el pueblo llenando la plaza, con los jóvenes reclamando un futuro que realmente se nos está negando, eclipsaron a los partidos políticos en la recta final de la campaña electoral. Los medios de comunicación de este país abrían sus noticiarios dedicando sus diez primeros minutos a una protesta que, por aquel entonces, no deseaba la cabeza de sus políticos y banqueros en una bandeja de plata, ni tampoco reclamaba como padre a Stéphane Hessel –eso llegó después, ante la necesidad de buscar un teórico ad hoc dispuesto a aceptar, no sin cierto oportunismo, la responsabilidad ideológica del movimiento.

Durante esos primeros días, los que van del 15 al 21 de mayo, Sol era sinónimo de esperanza, de transparencia, de solidaridad, de pueblo al fin y al cabo. Su popularidad entre la ciudadanía rondaba, según las encuestas de los distintos medios de comunicación, el 70%. Fueron, sin duda, los días de gloria del 15M. Esto tiene su lógica, pues todos estos movimientos suelen surgir con mucha fuerza para luego, en un proceso que no tiene nada de malo, ir sentando sus bases.

En ese proceso es cuando les suele llegar la madurez y, por tanto, la pérdida de esa omnipotencia juvenil. Lo dicho, en general la desaparición de ese vigor entre la segunda y la tercera semana no tiene nada negativo en el caso de Sol. Sin embargo, en estrecha unión con la disminución de esa fuerza inicial, se perdió también la atracción que el 15M ejercía.

Las elecciones del 22M y el triunfo de las posturas radicales

¿Hasta qué punto influyeron los resultados electorales en la acampada de Sol? Esta es una cuestión difícil de resolver. No obstante, mi opinión es que las urnas envenenaron el aire que se respiraba en la céntrica plaza madrileña hasta transformar la frustración inicial en un claro deseo de revancha. Los políticos, que durante una semana perdieron el protagonismo en favor del 15M, volvían a recuperarlo gracias a una participación electoral que no difería mucho de comicios anteriores.

En un principio, los resultados de las urnas no debían haber cambiado para nada la protesta de Sol. Al fin y al cabo, la repercusión de un movimiento nacido apenas una semana antes no podía valorarse en función del 22M. Me parece que así lo percibieron los promotores de las acampadas, y también la ciudadanía. No obstante, hay pruebas más que suficientes para confirmar que los resultados electorales influyeron notablemente en la protesta.

Cuando la noche cayó sobre la Puerta del Sol el 22 de mayo, la frustración se reflejaba en los rostros de los Indignados. Podían vestirlo de reflexión, podían avisar a los políticos de que les vigilarían muy de cerca, pero la realidad era que se sentían derrotados. Y lo cierto es que esa supuesta derrota no era real. La acampada de Sol no había sido vencida por nadie: los comicios del 22M no formaban parte de su pelea.

No obstante, dejándose llevar por una especie de rabieta infantil, cambiaron el guión de lo acordado. Una acampada que iba a desaparecer el lunes 23, se prolongaba indefinidamente. Puede argumentarse que esta variación no tuvo nada que ver con lo acaecido en las urnas. A mi, al menos, me parece evidente. La prolongación de la acampada es, desde mi punto de vista, uno de los elementos que demuestra cómo Sol se dejó influenciar por las elecciones.

Otra de las claves que ayuda a entender el deseo de revancha de Sol es, precisamente, su progresiva radicalización. Esta se produjo a raíz de dos procesos. El primero de ellos fue consecuencia de la prolongación de la acampada. Cuanto más tiempo pasaba Sol ocupada, más elementos radicales se acercaban a ella. Grupos, en muchos casos organizados, supieron aprovechar ese tiempo que se les otorgaba para ir tomando el control del movimiento, o, al menos, para influir notablemente en su ideario.

El segundo proceso que permitió la radicalización de Sol fue el deseo de revancha. Se pasó de pedir a los políticos que encabezaran un cambio, a pedir sus propias cabezas. Al grito de “no nos representan” se trataba de restar legitimidad a unos resultados electorales que los acampados no parecían capaces de digerir. De esta manera, el rencor facilitó el triunfo las ideas más radicales se abrían paso.

De las elecciones a la disolución

Tres acontecimientos marcaron el fin de la acampada de Sol, que no llegaría hasta el pasado 12 de junio. El primero de ellos tiene que ver con los deseos de expansión de este movimiento. Estos se manifestaron en una serie de propuestas para establecer asambleas en barrios y municipios del entorno de la capital; propuestas que no acabaron de tomar cuerpo hasta el día 28 de mayo.

El segundo acontecimiento nos lleva a la ciudad condal, donde una brutal carga de los Mossos-d´Esquadra al intentar desalojar la Plaza de Cataluña dejó algo menos de cincuenta heridos entre los Indignados catalanes. Los sucesos de Barcelona revitalizaron el 15M en general y la acampada de Sol en particular. Tras casi una semana de silencio informativo, volvían a ser noticia. La cruz de la moneda era, sin duda, el temor a sufrir en Madrid un intento de desalojo como el vivido por los catalanes. Por primera vez desde su comienzo, el miedo a una intervención policial en Sol era real.

El tercer y último episodio de esta saga lo constituye la decisión de abandonar Sol. Si bien desde los sucesos de la Plaza de Cataluña se venía barajando la posibilidad de desmontar la acampada para pasar a utilizar otros modos de protesta –desde el principio los Indignados quisieron dejar claro que no supeditaban la supervivencia del 15M a la existencia de acampadas-, la decisión final no se tomó hasta la asamblea del 7 de junio.

El cansancio y el miedo al desalojo fueron, sin duda, los elementos que más pesaron a la hora de decidir levantar el campamento. No obstante, podemos encontrar otros motivos que llevaron a los Indignados a abandonar Sol. En concreto tres: la necesidad de llevar a cabo otro tipo de protestas, la convocatoria de una gran manifestación para el 9 de junio, y el permiso para mantener un punto informativo en Sol.

De esta manera, el 12 de junio desaparecían la mayor parte de las tiendas y estructuras de la Puerta del Sol. Se cumplía, por tanto, el vigésimo octavo día de la acampada. Detrás quedaban días de esperanza, pero también alguna que otra frustración; por delante se abría un futuro que, hoy por hoy, aún no estamos en situación de contar.

miércoles, junio 15, 2011

15M ¿Cómo funcionan los movimientos sociales del siglo XXI?


La foto es de Wikimedia La agradecemos a OsvaldoGago Su autor señaló como fecha el 18 de mayo de 2010, pero yo creo que se equivocó en el año.

El artículo que copio a continuación, se lo agradecemos enormemente a nuestro amigo Carlos González Martínez. Muchísimas gracias estimado Carlos, en nombre de todos los lectores de Planisferio.


Desde que el pasado 15 de mayo un grupo de ciudadanos acampara en la madrileña Puerta del Sol exigiendo reformas en el sistema democrática español, todo ha transcurrido muy deprisa. Para los que hemos tratado de comprender el fenómeno y escribir sobre él en nuestros respectivos blogs, el tiempo ha sido insuficiente. Cada artículo recién escrito se veía pronto superado por los sucesos de la calle.

Además, al margen del ritmo desenfrenado de los acontecimientos, parece evidente que aún no estamos en situación de comprender en toda su profundidad la repercusión del un movimiento como el 15M. Todavía no ha llegado el tiempo de echar cuentas y sacar las consecuencias oportunas, entre otras cosas porque la protesta continua activa y en constante metamorfosis.

En mi opinión sólo hay una cosa clara, el modus operandi desarrollado por los Indignados españoles no es flor de un día: ha venido para quedarse. Quizás el movimiento 15M desaparezca fruto de sus propias contradicciones y de su deriva hacia las reformas más radicales. Sin embargo, nos ha legado un modo de organizar y canalizar las protestas que poco tiene que ver con los conocidos hasta ahora. Estamos ante el nacimiento de una nueva forma de organización cívica: la de la era informática.

De los Nuevos Movimientos Sociales a la Red Social.

Ha tardado en suceder aquello que muchos expertos venían augurando desde mediados de la década pasada, pero finalmente ha llegado: internet y, especialmente, las redes sociales se han convertido en un canal ideal para la protesta cívica. Una nueva generación de ciudadanos familiarizados con el funcionamiento de la red parece plantearnuevos retos a los responsables políticos y económicos.

Durante las últimas dos décadas, los Nuevos Movimientos Sociales, nombre con el que se conoce a las organizaciones surgidas a raíz de mayo de 1968, han perdido buena parte de su vigor inicial. Lejos del ámbito que les era propio, el de la protesta, han pasado a integrarse en las instituciones y, en la mayor parte de los casos.

Esto no ha sido del todo negativo, ya que han llevado al seno de los partidos políticos y de los distintos gobiernos importantes iniciativas en campos como el feminismo, la ecología o el pacifismo. No obstante, han perdido poco a poco su dinamismo originario así como el contacto con los ciudadanos. Estos por su parte, lejos de conformarse con su aislamiento, ven con esperanza el nacimiento de un nuevo fenómeno asociado a internet: los movimientos sociales del siglo XXI.

Tres son los rasgos comunes que presentan, en los distintos países, estos movimientos. En primer lugar, como ya hemos indicado, se trata de un fenómeno asociado a las redes sociales. Las webs 2.0 les sirven de canal de protesta y de plataforma organizativa, y a partir de ahí se produce lo que denominan “tomar la calle”. Es decir, internet deja de ser un mundo aislado para convertirse en una prolongación de la vida real o viceversa.

La segunda característica común a estos movimientos es, como en toda protesta, el descontento de un sector de la población o de toda ella. De esta forma, con independencia de que en ocasiones las exigencias se centren únicamente en reformas políticas, la crisis económica que venimos padeciendo desde verano de 2007 juega un papel muy importante en este fenómeno.

Por último, sin obviar la presencia de otros grupos de edad, hemos de destacar el protagonismo de los jóvenes dentro de estos movimientos. En cierto modo es lógico que sea así, ya que la juventud suele ir asociada a este tipo de compromisos románticos. Sin embargo, en el caso de los movimientos sociales del siglo XXI hay dos elementos más que refuerzan el papel de los jóvenes: sus conocimientos en materia de redes sociales y las dificultades que tienen actualmente para encontrar su primer empleo. El primero de ellos les permite usar con soltura este nuevo canal de protesta; mientras que el segundo les conduce al descontento, clave dentro de este proceso de indignación social.

De la red social a las calles y las plazas.

Nos equivocaríamos si dijéramos que el relevo de los Nuevos Movimientos Sociales nació en España. No ha sido aquí, sino en la otra orilla del Mediterráneo.

A finales de enero un ejecutivo de Google, Wael Ghonim, convocaba una protesta a través de un grupo de Facebook llamado “Todos Somos Khaled Said”. La manifestación fue un éxito, quedando así demostrada la capacidad de convocatora de las redes sociales. Los movimientos de protesta se repitieron con nuevas convocatorias a través de internet, hasta que, finalmente, el régimen de Hosni Mubarak caía a principios de febrero.

Había nacido una nueva forma de organizar la protesta. Desde Wael Ghonim, las redes sociales pasaron a desempeñar dos tareas más: la de canal de comunicación para el malestar ciudadano, y la de plataforma para la organización de la protesta. Los dirigentes políticos y los ciudadanos de medio mundo empezaron a comprender que del anonimato de la red a la calle hay sólo un paso.

Los sucesos de Egipto marcaron el inicio de la protesta española. Es cierto que en poco se parecía el régimen de Hosni Mubarak a la democracia española de 1978. Sin embargo, los indignados españoles no pretendían exportar del país de los faraones un programa de protesta, sino su modus operandi.Es decir, la forma de organización propia de los movimientos sociales del siglo XXI.

En España, sin dejar de utilizar Facebook, se eligió Twitter como el canal de comunicación más adecuado para hacerse oír. Así, desde marzo empezaron a ser frecuentes las referencias a #democraciarealya, #nolesvotes o #jovenessinfuturo. A partir de ahí comenzó a organizarse un movimiento que, bajo el nombre “15M” ha acaparado buena parte de la atención de la opinión pública durante el último mes.

Más información: Reflexiones sobre el #15M y los movimientos sociales del siglo XXI

lunes, junio 06, 2011

Ciudades latinoamericanas más atractivas para inversionistas

Para quienes estén planeando las próximas inversiones (lamentablemente, Perú tenderá a bajar ahora)...El mapa es del diario Clarín de Buenos Aires, a quienes se lo agradecemos enormemente. Muchas gracias!

domingo, junio 05, 2011

El alto precio de la madera en Alemania

Esta semana, Die Welt publicó un estudio (Kein Holz vor der Hütte) realizado por ese medio acerca del precio de la madera en Alemania, que sigue en alza.

Según la Oficina federal de estadísticas, los dueños de bosques cortaron, el 2010, un 8,5% menos de árboles que el promedio talado durante los últimos siete años.

Esta es la razón para el aumento del precio de la madera en Alemania. Hacia fines de año, seguirá subiendo considerablemente.


La foto es mía. ©marta salazar.

Hay que considerar que el 40% de los bosques alemanes pertenecen a privados. Un 40%, pertenece al estado y un 20%, a las comunas.

El problema no es sólo el alto precio, sino el desabastecimiento de madera.

La industria mobiliaria es, en Alemania, muy importante. Cada habitante gasta un promedio de 360€ al año en nuevos muebles (podría hacerse un interesante estudio sociológico acerca de las causas de este gasto). En el segmento de muebles "caros", el precio de la manera no tiene el papel preponderante que sí tiene en el precio de los muebles más baratos. Sus fabricantes piensan recurrir a la sustitución de la madera en algunas partes de los muebles, por ej., los cajones. O bien, en el segmento discounter, advierten que aumentarán las importaciones de muebles (no de madera), desde países baratos, como China y Polonia.

Los fabricantes de casas prefabricadas de madera (250 mil a 300 mil euros) se ven igualmente perjudicados por los altos precios.

Igualmente, los fabricantes de ventanas, lo que llevará a una disminución de las empresas de este rubro que, generalmente son pequeñas (menos de 20 personas) y no pueden hacer frente a los altos precios de la madera como las fábricas más grandes.

Los fabricantes de juguetes de madera también se quejan, ya que el precio de la madera representa aprox. entre un 10 y un 50% del precio del juguete. Anuncian alza de precios.

El estudio continúa con los fabricantes de ataúdes. Desde hace diez años, el número de fallecimientos permanece relativamente estable. Sin embargo, el número de los fabricantes disminuye. Por una parte, porque es un trabajo que requiere una gran parte de labor manual y la mano de obra en el este de Europa es más barata (Polonia y la República Checa), de manera que ya el 2010, dos de cada tres ataúdes era importado. Por otra parte, el alto precio de la madera hace que la producción dentro de Alemania no sea rentable. Lo que ha llevado a la relocalización de las fábricas en el Este. Por lo demás, se quejan los empresarios, el ciudadano alemán está cada día menos dispuesto a pagar mucho dinero por un entierro (eso es verdad; pero también me consta que los precios a los que habían llegado los féretros eran realmente abismantes). Y han aumentado los entierros tipo discounter.

El precio de los portacargas o paletten es igualmente crecientemente "impagable". Sin embargo, no se puede prescindir de estos necesarios elementos de trabajo, especialmente para un país exportador, como Alemania. Su importación es muy cara, debido al alto precio de su transporte (son muy pesadas).

Para terminar, el estudio advierte que el precio de los pianos también subirá, no sólo debido a la madera, sino también a que el precio de otros materiales involucrados en la construcción de un piano, tales como el cobre y el hierro, han subido considerablemente.

Si yo tuviera bosques, me preocuparía ya que un precio de la madera artificialmente alto, lleva -a mediano plazo- a que la industria busque sustitutos osimplemente, relocalice. De manera que dudo que esta estrategia sea rentabla a mediano o al largo plazo.

miércoles, junio 01, 2011

Poniéndonos al día

Estimados amigos, con el objeto de modernizar el blog, "nos pasamos" al sistema de las nuevas plantillas. Elegí la segunda más sencilla. Seguiremos mejorando y poniéndonos al día. Saludos a todos, Marta

Alemania, localización preferida por los inversionistas extranjeros

Ernst and Young nos sorprendió esta semana con el resultado de un estudio realizado entre 812 gerentes de empresas internacionales. El comunicado de prensa Standort Deutschland im Ausland hoch im Kurs = gran atractividad de Alemania en el extranjero.

De acuerdo al estudio, China sigue siendo la localización más apreciada para las empresas internacionales (bajó del 39 al 38%); seguida por India que subió del 22 al 23%; EEUU permanece en el 20%; Brasil, de 12 a 16%; y Alemania, que permanece en el 12%. Luego vienen Rusia, 11%; Polonia, 11%; Japón 4%; GB, igualmente 4%; y Francia, 3%.

Las cudades europeas preferidas por los inversionistas son Londres (30%), París (21%), Berlín (13%),  Frankfurt (8), Amsterdam (7), Barcelona (5), Varsovia (5), München (5), Madrid (5), Milán (5), Hamburgo (4), Düsseldorf (2) y Stuttgart (2). Los autores destacan que Alemania sea el único país europeo que tiene nada menos que seis ciudades entre las más apreciadas del continente. Asimismo, hacen ver que tres ciudades alemanas figuran entre las top ten.

Una de las principales razones para las preferencias internacionales se encuentra en el hecho de que "la economía alemana muestra un enorme crecimiento, las expectativas económicas se ajustan permanentemente hacia arriba. Alemania acelera raudamente la distancia que la separa de sus competidores europeos". Agrega el autor Peter Englisch que, en algunos países, han cambiado totalmente su apreciación de Alemania, especialmente debido al "milagro ocupacional" que lleva a que, en algunas regiones existe prácticamente un pleno empleo.

"Especialmente positivo para Alemania es la infraestructura, el clima social que tenemos, la calidad de vida y la calificación de la fuerza laboral". Personalmente, creo que Alemania ha mejorado inmensamente en todos estos items; pero no ha sido una tarea fácil.

Las desventajas de Alemania son: el alto costo del trabajo, la falta de flexibilidad de la legislación laboral y la alta tributación a la que están sometidas las empresas. Especialmente criticable es que en Alemania "no exista reducción de impuestos para la inversión en investigación y desarrollo".

Pero, las empresas extranjeras no sólo alaban a Alemania, sino que también invierten significativamente. La cifra de los proyectos de inversión subió el 2010, en un 34% a 560. Con ello, se creó 12.000 puestos de trabajo, esto es 144% más que el 2009.

Continúa el estudio: "sobre todo, se debe al boom en los países emergentes, que las turbulencias actuales relacionadas con el altísimo endeudamiento de algunos miembros de la zona del euro, a la larga, no afecten el crecimiento de Alemania". Peter Englisch nos asegura que "Los efectos negativos de la crisis de endeudamiento son más que compensados por la fuerte y permanente demanda internacional". Personalmente, siempre he dicho que la apertura al comercio internacional, abre las puertas al desarrollo y al crecimiento sostenible. "Pesa a las dificultades actuales en la zona euro, la moneda común es claramente una ganancia para la economía alemana". Claro, para una economía abierta y competitiva el euro es una ventaja.

Para el 60% del total de los inversionistas extranjeros, es el euro una ventaja; para el 17% una desventaja y al 23%, le da lo mismo (p. 22 del estudio, en forma de documento pdf, que se puede bajar de la misma página de la Consultora y cuya lectura recomiendo).

Un poco, la otra cara de la medalla es la dependencia del éxito alemán de la estabilidad del euro. Un 44% piensa que depende fuertemente; un 31%, que depende; sólo el 2% opina que es fuertemente independiente; 8%, independiente; un 8%, opina que da lo mismo y un 7%, no sabe. Yo pienso que la estabilidad es fundamental y solo espero que, si Mario Draghi es elegido presidente del BCE se preocupe especialmente de este aspecto, como también de la independencia de la entidad que debe estar totalmente libre de influencias políticas.